sábado, 18 de febrero de 2012

Un avión estadounidense teledirigido mata 10 rebeldes al noreste de Pakistán


Se confirma que al menos diez rebeldes islamistas, fueron alcanzados por los misiles de un avión no tripulado de EEUU. El ataque tuvo lugar ayer en zonas tribales del noreste paquistaní, donde tienen refugio los talibanes y sus aliados de Al Qaida. Los militares pakistaníes anunciaron la cifra.

Los aviones teleguiados de la CIA o del Ejército estadounidense, con base en la vecina Afganistán, atacan con frecuencia desde 2004 en estas zonas tribales a talibanes pakistaníes o afganos, así como a combatientes de Al Qaida. El presidente Barack Obama admitió recientemente la existencia de esos ataques que Estados Unidos negó mucho tiempo.

Dos misiles impactaron en un campo situado en Tappi, a 10 km al sureste de Miranshah, principal ciudad de la región de Waziristán del Norte, feudo de los talibanes pakistaníes, de Al Qaida y de la red Haqqani de los talibanes afganos, bestia negra del Ejército estadounidense al otro lado de la frontera, indicó un alto responsable castrense que requirió anonimato.

"Se provocó un incendio y 10 insurgentes murieron", añadió.

El ataque y el balance fueron confirmados por otros responsables de las fuerzas de seguridad e información. Una de las fuentes afirmó que "extranjeros" originarios de países de Asia central figuran entre las víctimas, que responden con el perfil de los militantes que suele reclutar Al Qaida.

Waziristán del Norte es un distrito tribal fronterizo con Afganistán considerado la principal retaguardia de la red Haqqani.

Los balances facilitados regularmente por oficiales pakistaníes sobre esos ataques norteamericanos no pueden ser cotejados de fuentes independientes en unas zonas que están en manos de los insurgentes islamistas.

Iniciada en 2004, la campaña de bombardeos con aviones no tripulados en zonas tribales pakistaníes contra los talibanes y sus aliados de Al Qaida, muchos de ellos combatientes islamistas extranjeros, se intensificó estos tres últimos años, con más de 220 ataques desde agosto de 2008.

En el mismo periodo, los aparatos estadounidenses han matado a más de 1.700 personas, rebeldes en su gran mayoría, según las autoridades pakistaníes, que formalmente denuncian estos ataques pero han suscrito un acuerdo secreto con Washington para autorizarlos, según la prensa de ambos países.

Los misiles causan numerosas víctimas civiles, aseguran los militares pakistaníes y asociaciones de defensa de los derechos humanos.

Las zonas tribales fronterizas son el bastión del Movimiento de Talibanes Pakistaníes (TTP), que se sumó a Al Qaida el verano de 2007. Entonces declaró la guerra santa a Islamabad por su apoyo a Washington en su "guerra contra el terrorismo" desde finales de 2001.

Desde entonces, los talibanes y sus aliados llevan a cabo una serie de atentados muy mortíferos en todo el país. Medio millar largo de ataques, la mayoría suicidas, dejaron cerca de 5.000 muertos durante los últimos cuatro años.

Las relaciones entre Estados Unidos e Islamabad han perdido en los últimos meses, sobre todo desde que un comando estadounidense transportado clandestinamente en helicóptero mató a Osama bin Laden el 2 de mayo en el norte de Pakistán.

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